domingo, 19 de octubre de 2014

Segunda parte de todos los textos de hace seis meses.

Hace tiempo que escribo para mi, que dejo todas las palabras escritas en papeles que después de días doy por olvidadas, y que ya no todo se en basa en mi, y en ti, y en todo lo que me hacías sentir.
Ahora las cosas son más grises (ni blancas ni negras), sigo teniendo bajones, pero siempre reluce algo que me hace olvidarme de todo lo que me gustaría no ser pero soy.
Y he aprendido que no todo es echar en falta, que a veces es mejor dejar ir, que mantenerse con algo que solo depende de un hilo, y ahora se que prefiero miles de dibujos sin sentido, que hacer el cuadro más espectacular del mundo, porque también se que la gente va y viene, y que muchos si se van, no vuelven.
Pero ahora sin ser más rápida soy más detallista, y puedo llegar a ver la oscuridad en las sonrisas, y el peso que algunas personas llevan a su espalda.
Y vale más una buena trama que un principio desgastado, porque la vida es complicada, incluso más que mis metáforas.

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